Kenia es un estado de África oriental que hace unos tres mil años fue ocupado por los pueblos bantú. Más tarde comerciantes árabes, atraídos por el marfil, los metales y las piedras preciosas de Kenia se establecieron en las ciudades que tenían a su disposición un puerto desde donde tuvieron un importante comercio con Persia, la India y el mundo árabe. La mezcla de culturas en centros de negocios como Mombasa o Malindi generaron la cultura swahili.
Los portugueses atacaron Malindi y Mombasa atraídos por el tráfico de esclavos y marfil, aunque fueron expulsados en 1698 por los sultanes de Omán, quienes se aprovecharon de las rutas establecidas por los portugueses para sus intereses.
La abolición del tráfico de esclavos en 1873 y la incursión de expediciones alemanas en el territorio de Kenia aceleraron la retirada de los árabes y de los indios, en menor número, de las ciudades.
Más tarde, alemanes y británicos llegaron a un acuerdo para el reparto del control sobre el este de África. Así, Kenia pasó a manos de los ingleses, quienes ya dominaban la actual Uganda y convirtieron a Kenia en Colonia de la Corona inglesa (1920), dándose así las condiciones idóneas para el desarrollo de la Compañía Británica del este de África.
A partir de ahí se construyeron vías férreas que unieron Mombasa con Uganda y con el lago Victoria y se instalaron miles de familias europeas en tierras destinadas a la plantación de café y té utilizando mano de obra nativa. Estas familias se adueñaron de cuatro quintos de las tierras fértiles, mientras el quinto que quedaba se repartió entre los kikuyus, pueblo de agricultores pertenecientes a la etnia bantú , que era la población más numerosa y que antes del siglo XV había llegado a Kenia desde el norte de África.
Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos keniatas fueron reclutados y obligados a combatir contra la ocupación italiana de territorios fronterizos, como Etiopía y Somalia, al tiempo que los británicos admitieron un representante local en el Consejo Legislativo.
En 1944, se fundó la Unión Nacional Africana de Kenia (KANU), que es una organización formada por tribus de todo el país, era anticolonialista así que sus primeras reivindicaciones se centraron que los británicos abandonaran Kenia cuanto antes. Liderada por Jomo Kenyatta (kikuyu), la KANU organizó huelgas y marchas de campesinos sobre las ciudades. Se desataron revueltas masivas y numerosos atentados en contra de la propiedad y la vida de los colonos.
En 1953 la administración colonial decretó el estado de emergencia que se prolongó hasta 1959, se prohibieron los partidos políticos y los principales dirigentes nacionalistas fueron arrestados, entre ellos estaba Kenyatta, y muchos de sus seguidores fueron enviados a campos de concentración.
Kenytta fue condenado a siete años de trabajos forzados. Desde la prisión asistió desolado a la espiral de violencia y represión desatada en su país, que se saldó con más de diez mil muertos. La situación llegó a ser insostenible y los británicos se vieron obligados a hacer una serie de concesiones que desembocaron en la liberación de Kenyatta en 1959 y en el anuncio de la próxima independencia de Kenia,
En mayo de 1960 Kenyatta fue nombrado presidente de la KANU que en las primeras elecciones generales gano al otro partido el KADU (Unión Democrática Africana de Kenia), de clara tendencia británica. La autonomía se obtuvo en 1962 y un año más tarde fue proclamada la independencia.